Santiago:
¡Hola, Juan! Bueno, tuvimos el primer triunfo de Boca. Por lo menos, esta semana la llevamos mejor. Hace unos días, Axel Marazzi escribió en su news una reivindicación al trabajo presencial que a mi me gustó mucho (quizás porque puso en palabras sencillas algo que vengo pensando últimamente). Pero parece que no todos están de acuerdo.
Juan:
¡Hola, Santi! Lindos goles al menos; no sé si jugamos bien, pero algo es algo. Lo que dice Axel es 100% cierto, y lo digo desde haber sido un gran defensor en su momento del home office. Por supuesto que lo hago desde mi realidad, pero también de ver cómo los datos (ay los datos) un poco nos dan la razón. De ninguna manera me gustaría volver a la oficina de lunes a viernes, es más, estoy en este momento en mi casa, pero la falta de presencialidad le quitó a la convivencia un nivel de interacción social clave que es, para miiiiii, irremplazable digitalmente. Pero como decís vos, no todos están de acuerdo, es más, nuestro amigo Edwin no lo está y el muy caradura quiso venir hoy a decírnoslo en la cara. A ver si puede.
Santiago:
Seamos justos con él: lo invitamos nosotros y él recogió el guante (¡no esperábamos otra cosa, conociéndolo!). En principio estoy de acuerdo con vos también, pero démosle la palabra a Ed ¡para que se genere el debate!
Edwin:
Aloha gente, gracias por la invitación primero. Segundo, qué felicidad por los bosteros que ganen, ojalá algún día lo hagan como River, pero I digress.
Respecto al tema que nos compete, creo que es todo un tema de perspectiva. Creo que hay una posibilidad de generar buenas relaciones “de oficina” sin necesidad de ella, básicamente porque lo vivo día a día en mi empresa. Pero acá un detalle no menor: belo nació durante la pandemia, ergo desde el día uno tuvimos que encontrarle la vuelta a generar esas interacciones que dicen extrañar. Podemos ir a fondo respecto a cuánto otras empresas pueden o no tomar cosas que fuimos aprendiendo, pero es —como digo— un tema de génesis. Es como cuando le preguntás a tus sobrinos de menos de 10 años que hagan el gesto de llamar por teléfono y te sentís un abuelo. Algo así.
Juan:
Ok, tomo el punto de la génesis de la empresa y del lugar que encontraron en los vínculos sociales a partir de eso. Es más, veo que muchas otras empresas lo hacen, pero mi punto es otro: si los vínculos sociales también están mediatizados por plataformas, eso lo único que hace es que tengamos que pasar más tiempo en ellas. O sea, para vincularme con mis compañeros de trabajo ¿tengo que quedarme trabajando no sé cuántas horas más o sentado en mi computadora hablando por Discord cuando podría estar tomando algo afuera? ¿Es viable eso en gente no joven como nosotros? O sea, el punto te lo tomo, ¿pero se puede trasladar a una compañía intergeneracional?
Edwin:
Voy a dividir tu punto en dos partes. Por un lado la ausencia de terceros espacios y por otro el tema generacional. Respecto a lo primero: la vinculación entre personas hace rato que está mediatizada, sea por un algoritmo o por el vaivén de vidas cuyo fin máximo es la productividad. Te doy vuelta tu pregunta: ¿realmente querés sentarte a tomar una birra después de un día de trabajo con la gente de trabajo para… hablar de trabajo? No hace tanto sentido. Hace mucho tiempo que las personas -creo- dejaron de tener tantos espacios para dar rienda suelta a otras inquietudes que nos dan la productividad, en este caso representada por las relaciones laborales. La vinculación no es con “compañeros de trabajo” es con personas. Sin ir más lejos, hoy justo tuvimos una charla mientras corría, he tenido calls sacando a los perros e incluso manejando (no me odies Lau cuando leas esto).
Respecto al tema generacional, te lo tomo. Pero en la empresa en la que estoy tenemos gente de 19 y de 43 años. Hay de todo. No es para todos los estilos. Pero vuelvo al punto de arriba: ¿cuántas personas con peques tienen tiempo para sentarse a tomar una birra post laburo?
Santiago:
Para mi, una cosa es si es posible trabajar 100% en forma remota. Creo que sí. Luego, está en cómo crear una cultura de empresa en forma remota. No lo sabemos aún. Como dice, Juan, el problema más grande lo tienen las empresas que alguna vez fueron 100% presenciales y ahora tienen que adaptarse a este mundo.
Pero creo que a lo que iba Axel (y a lo que yo me subí) es a la posibilidad de interactuar con tus compañeros de laburo más allá de lo estrictamente profesional. Si estás todo el día en tu casa, y las relaciones personales están no solo mediatizadas sino circunscritas a lo laboral, te estás perdiendo la posibilidad de hablar de otras cosas. Simplemente eso: hablar de otras cosas. Y si sos un ser gregario -como yo- cada oportunidad de interactuar con otra persona para mi es una oportunidad de disfrute. Al sacar la presencialidad, cortamos esa posibilidad.
Edwin:
Es que insisto, depende del caso. Mirá esto:
Eso es una captura de pantalla de una reunión de trabajo que hacemos todas los lunes, donde vemos el status de cada departamento. En la sección de Buenas Noticias, una mención de una pavada de Gran Hermano que después compartimos en el WhatsApp donde no se habla de trabajo. Para mí, se trata de construir los espacios. Esos espacios llevan tiempo y dedicación. Quizás ( y eso no lo niego), generar espacios de distensión en la presencialidad tienen menos fricción y eso da la sensación de que es más fácil. Nada más. Todos los equipos dentro de belo encontraron su propia manera porque al final del día el ser humano es un animal social. Algunos equipos tienen un repositorio de frases célebres, otros juegan al mini golf mientras hacen repaso de la semana. Eso sumado a que una vez o dos veces al año juntamos al equipo y se generan relaciones que después se siguen alimentando de otra manera. La posibilidad está. Es más difícil cuando tenés un equipo en 8 lugares, 2 continentes y 4 husos horarios distintos claramente.
Juan:
Me quedé medio lejos y ¡tengo mil millones de cosas para decir! Pero voy a intentar resumirlas.
La primera es que hoy los datos que tenemos nos dicen que las interacciones no presenciales no generan los mismos vínculos que las presenciales y que estamos frente a una epidemia de soledad y problemas de salud mental nunca vistas. ¿Quizás es que el mundo no se adaptó todavía? Puede ser. Yo creo que no, que lo físico y presencial es necesario.
Después quiero citar al gran Coronel Gonorrea y un tuit de estos días: “Todo el mundo obsesionado con optimizarse. Aparatos, apps, relojes que te miden, analizan y optimizan tu forma de hacer todo, tu agenda, tu trabajo, tus comunicaciones, tu dieta. Como si nos faltara tiempo. A Elon Musk le falta tiempo, a nosotros nos sobra el 90% de la vida”. Y, con perdón de los presentes, a mi me chupa un poco un huevo la productividad en todos los ámbitos de mi vida. Lo que me parece es que para construir una cultura que trascienda y perdure en los años, una cotidianeidad física es necesaria.
Edwin:
La productividad es la mentira más grande que existe. Es la zanahoria que nos vendieron. Y ojo que peco de ella. Pero al menos nos deja buenos memes como gente bajándose de cybertrucks con Apple Visión Pros jugando a ser Tony Stark. Nada. La cultura es lo que se hace. Y el hacer no necesariamente va a estar solamente en lo físico. Por ahora prefiero juntarme con ustedes la próxima en un asado, eso sí. Y que no seamos nada productivos. Como los últimos ciclos de Boca, bah.
Santiago:
Voy a saltear la última frase y quedarme con la anterior: ¿viste que un asado con amigos garpa mal? Podría cerrar este news con I rest my case, pero prefiero dejar el debate abierto e invitar a nuestros lectores a que se sumen. Gracias por venir, Ed: ¡nos vemos pronto!
El texto de Axel Marazzi:
Esa! Gran punto de vista el de Edwin.
PD: Si sale ese asado y no invitan se pudre todo.