Santiago:
¡Hola, Juan! ¿Cómo andás? Qué raro este invierno, ¿no? Tuvimos fútbol casi todos los días, medio como en mi infancia y adolescencia, cuando el campeonato local iba de marzo a diciembre.
Che, me llamó la atención algo que pasó estos días en simultáneo, por un lado un reportaje –en el sentido mas estricto de la palabra– de Adlatina investigando sobre cómo hacer para que la publicidad vuelva a ser atractiva. Y por el otro, una reflexión de Laura Visco (¡nada menos!), alentando a rajar de la publicidad. ¿A quién le hacemos caso? ¿Armamos un celebrity deathmatch?
Juan:
¡Hola Santi! Me quedé pensando en lo del fútbol y tiro un tema para otro news, pero la verdad que me gustaría un poco menos de fútbol honestamente. Me gustaría espacio, extrañarlo un poco, tener domingos de aburrimiento, paz en los grupos de whatsapp, etc. Como que la vida real está queriendo copiar a internet con lo de la oferta infinita y no me gusta.
¡Vi las dos cosas! Me da bronca lo de Laura, en el buen sentido de la palabra, porque la admiro y si ella dice algo así me obliga a prestarle atención y a preguntarme ¿tendrá razón?
Santiago:
Es cierto que ella lo argumenta a partir de lo que pasó en Cannes (eso que reflexionamos hace un par de news y generó tanto ruido) y en ese sentido, algo de razón tiene: el tema premios está escalando de una forma delirante, absolutamente delirante. Es una carrera deforme que no lleva a ningún lado. Incluso Laura va en línea con mi idea (creo que la tuya también) sobre el valor para la industria de Cannes como guía o faro creativo y dice que ya ni eso. Yo no creo que haya que rajar, como alienta ella. Creo que la publicidad sigue siendo un lugar interesante para desarrollar la creatividad de las personas, por un lado, y para trabajar en relación a lo que sucede en las sociedades, por el otro.
Juan:
Coincido con vos y además tengo un sesgo medio idealista, o medio pelotudo según con qué ojo se lo mire, de pensar que las batallas hay que darlas desde adentro. Obviamente, no le estoy pidiendo eso a Laura que bastante le dio a la industria con sus años laburando y dejando la vara muy alta, sino más en mi que como no soy creativo eso no puedo aportar, pero sí desde estos espacios de reflexión o desde los laburos de la agencia y desde la ética de la agencia.
Creo que lo de Cannes fue terrible este año, terribe terribe terrible y que las agencias que son parte en el sentido que le dedican mucho tiempo y guita a poder inscribir y participar deberían exigirle a la organización mucho más de lo que le estamos exigiendo. Y esa exigencia puede venir de una mejor curaduría y en achicar la cantidad de premios para poder, otra vez, valorar la excelencia.
Santiago:
Definitivamente algo hay que cambiar. Si no lo hacemos nosotros alguien lo hará por nosotros. Prefiero lo primero. La investigación de Adlatina tiene muchos temas que toca que pueden ayudar a re-pensar la publicidad como un lugar atractivo para trabajar. También sumo que la publicidad está en un proceso super interesante tratando de encontrar sus nuevas reglas, sus nuevos mecanismos, sus formas de ser más eficiente a partir de los cambios que se produjeron en los últimos 15 años. Quienes son parte de la industria, el negocio y la disciplina serán los hacedores de una nueva publicidad. Me parece que, parafraseando a Laura, de lo que hay que rajar es del modelo que plantean los grandes actores de la publicidad: festivales, plataformas y holdings. Recordando que hay un mundo gigantesco fuera de ese triángulo.
Juan:
Me hiciste volver a enojar con la mención de las plataformas, ¡por qué les dimos tanto poder para que nos digan cómo hacer nuestro trabajo! Quizás es uno de los temas para repensarnos. Pero como decís, hay varios temas en la investigación de Adlatina con nuestra amiga Ximena Díaz Alarcon que expone bastante, al menos, la falta de deseo de muchos de los que laburan en nuestra industria. Pero hay algo que no vi, y que quizás no está o quizás si y se me escapó, que es que estamos muy enfocados en las nuevas generaciones, en sus deseos, sus motivaciones, sus problemas, pero nos preguntamos menos qué responsablidad tenemos nosotros de haber llegado a esta instancia. Y ahí dejo dos disparadores, uno el ya mencionado de haber pensado que Meta y Google sabían más de publicidad que nosotros y que teníamos que darle un espacio enorme. Y a otra es que no hay muchos referentes de la publicidad actual de 35-45 años que sean convocantes para las nuevas generaciones. Fijate que tanto el podcast “Le falta una vueltita” como el nuevo ciclo de Carlos Pérez en Adlatina entrevistan a toda gente arriba de 50-55 años.
Santiago:
Quizás esa sea la solución, no? Una nueva generación, la de los menores de 30 años, haciéndose cargo de rediseñar tanto la disciplina como el negocio. No sé qué otra cosa podemos ofrecerles para que se interesen más allá de ese desafío y de qué la publicidad tiene un impacto en la cultura y en la sociedad que siempre es atractivo. Mucha gente en esta profesión me dijo alguna vez “no te olvides que nosotros vendemos polvo para hornear, no mucho mas que eso”. En mi caso sirve para no tomarme nada a la tremenda. Mucho menos mi salud.
Juan:
Es bueno eso porque a veces nos lo olvidamos y pensamos que estamos salvando al mundo y corremos y nos estresamos y hacemos un mundo insólito por un posteo de un influencer, una gráfica o un comercial. Ojo, soy un tipo apasionado y que le dedica miles de horas a su trabajo, pero a veces hay que ponerlo en perspectiva. Quizás también sirva para entender que tenemos un gran laburo, que nosotros estamos acá para vender más cosas de algo y somos el eslabón más divertido de la cadena, el que piensa ideas, que hace sentir algo a alguien, que logra inspirar algo y, quién te dice, en la memoria de la gente. Como buen psicoanalizado que soy pienso siempre que la respuesta está más adentro que afuera, así que voto por seguir buscándola.
Santiago:
Una vez en el Festival de Cannes yo estaba a full con lo importante – las charlas, las fiestas, el rosé– y me cruzo a un creativo muy famoso de esa época (que la nueva generación no tiene ni idea de su existencia) totalmente frustrado, enojado y preocupado porque no habían ganado los leones que él y su jefe imaginaban. La estaba pasando mal. “No, amigo”, le dije, “estás muy, muy equivocado: si la publicidad nos trae a Cannes, es para pasarla bien”.
Juan me deja solo por dos semanas: volvemos el 7 de agosto, amigos.
"Tiempos difíciles crean hombres fuertes,
hombres fuertes crean tiempos fáciles,
tiempos fáciles crean hombres débiles,
hombres débiles crean tiempos difíciles."
Me parece que hay algo de esto:
Los 90 fueron tiempos fáciles para la publicidad, que crearon publicistas débiles, osea los sub 40.
La cultura de la cancelación también ayudo a que la publicidad sea menos atractiva.
Ambas cosas están pegando la vuelta.
Y "Le falta una vueltita" es la semilla del cambio.
Make advertising great again.
Interesante análisis! Y me pregunto: ¿será posible comunicar escapando de las grandes plataformas? Muchas gracias Juan! Muchas gracias Santiago!