Santiago:
Hola, Juan. Bueno, lo siento por ‘ese’ lector: estoy muy contento con el partido de Boca del sábado. No recuerdo haber ganado uno después de haber pateado exactamente 11 penales: ¡siempre hay una primera vez!
Hablando en serio, esta vez más que otras: ¿vos pensaste que una empresa iba a RENUNCIAR a los principios que alguna vez asumió respecto a los programas de Diversidad, Inclusión e Igualdad? Bueno, pasó.
Juan:
Hola, Santi, ¡hola lector! Yo también muy contento, a pesar de las polémicas.
Pero volviendo a lo nuestro, ¡se de lo que me hablás! Y quedé bastante en shock porque no puedo creer que renuncien a cosas que anunciaron hace poquísimos años. Estamos hablando de Ford y su renuncia a las políticas de cupos, ¿no?
Santiago:
Si. Y no solo Ford, aunque esta es la empresa más famosa de todas las que “estarían revisando” sus políticas relativas a DEI, a minorías LGBT+, etc. Hay varias puntas por donde entrarle a este tema, y la primera, me parece, tiene que ver con lo que venimos alertando, y es el fin del predominio de la agenda 2014/2024. El péndulo empezó a moverse en dirección contraria. Me imaginaba que eso implicaría una disminución de las políticas y planes de comunicación que se llevaron a cabo en este decenio, pero nunca imaginé que directamente iban a renunciar a ellos. El cambio parece ser más profundo y radical de lo que estimamos.
Juan:
A mí me hace pensar en algo que es que Ford, en este caso, queda como que se subió a una moda de la cual se arrepiente o se está subiendo a una moda ahora —pero claramente hay una inconsistencia ahí. Ambas decisiones se toman en el marco de cambios de clima de época, no son decisiones que son vanguardia, sino todo lo contrario. Lo preocupante de una renuncia así es que parece ser un statement político. En ese sentido hubiese sido mucho mejor nunca haberse subido, que subirse y renunciar; y da un mensaje al resto, por eso coincido en que no será la primera. Tal como decís, el cambio parece ser mas profundo y ya me empieza a alertar, ¿cómo sigue?
Santiago:
Bueno, el cómo sigue se podría pensar respondiendo a una pregunta que alguna vez hicimos acá (y es la segunda arista por la cual entrarle a este tema): ¿empresa es lo mismo que marca? En el caso de Ford es todo un tema, porque la empresa tiene el mismo nombre que la marca, pero más allá de eso, hay una tendencia en el marketing que aboga por no diferenciar entre marca y empresa. Si eso es así (yo nunca estuve muy seguro que lo fuese), esta decisión de Ford afectaría a su construcción marcaria, construcción que incluyó mensajes a favor de, por ejemplo, las minorías LGBT+. Recordar el comercial de la Raptor.
Juan:
Exacto, hace nada la marca Ford hacía ese comercial de una Raptor que jugaba con la bandera de la comunidad LGBT+ y hoy viene con esto. A mi me parece que cuando una marca hace ese tipo de comunicaciones, la empresa tiene que responder con actitudes inclusivas porque hoy el ser y parecer son importantes. Dicho esto, cortar con las políticas de inclusión es muy probable que conlleven a una comunicación también más tradicional. Y acá viene otro debate que alguna vez hemos tenido: no todas las marcas tienen que ser inclusivas, no todas las marcas le tienen que hablar a todo el mundo, pero quizás todas las empresas deberían ser inclusivas. Veamos el ejemplo de Bud Light, por ejemplo, del que hablamos acá y que todavía a hoy no ha podido recuperarse.
Santiago:
Me cuesta aceptar que grandes marcas, como Ford o Bud Light, no sepan que es el walk the talk (como ellas dicen) o el predicar con el ejemplo. Estoy con vos: no todas las marcas tienen que subirse a todas. Pero si te vas a subir a una tan fuerte como son estas políticas, ¡no te bajes a la primera de cambio!
El tercer punto que me gustaría revisar es el impacto en la gente real. Sabemos que muchos de estos esfuerzos que hicieron las empresas/marcas por adoptar estas políticas impactan en la percepción que tiene la gente común de ellas. ¿Cuánto? Nunca lo sabremos. Sí sabemos que MUCHAS marcas/empresas tomando estas posturas, cambian algo. Primero, porque validan esas posturas y segundo porque son ejemplo para otras empresas. Que se baje Ford por ahí no tiene impacto real en la gente. Pero, seguro, lo tiene en otras millones de empresas que dirán “si Ford se baja, entonces nosotros también”.
Juan:
Exacto, el último punto es importante. Ford posiblemente haga de influencer de otras empresas que se vieron antes presionadas a seguir un camino en que quizás no creían tanto y ahora se ven más liberadas a desandarlo. De lo que no me quedan dudas es que, así como el período 2014-2024 comenzó muchos años antes, hoy estamos viendo el inicio del péndulo, no el final ni siquiera el medio, y que nos encontraremos con muchos más ejemplos durante los próximos meses. Hoy mismo lo estamos viendo en la Argentina cuando un Ministro de la Nación dice, por ejemplo, que está en contra de cualquier política de género y que quiere volver a los valores tradicionales y es algo que no tiene tanta repercusión. Hay una sociedad dispuesta a escuchar y tolerar estas cosas y quizás una de las causas es la sobreactuación que dominó antes.
Santiago:
Ojalá lo que venga sean mensajes y marcas mas frívolas si la opción es que sean más crueles. Ese movimiento del péndulo que vos mencionás debería detenerse antes de que veamos marcas volviendo a mensajes como el del ex-secretario de culto: “no al divorcio”. ¡¿Te imaginás?!
Juan:
¡No me lo imagino y no lo quiero! Pero puede pasar.
no hay que olvidar que Ford tuvo un centro de detención y tortura en la misma fábrica en época de la dictadura con lo cual cualquier política de derechos que tuviera solo podía ser considerada como cosmética de coyuntura, su verdadero espíritu es oscuro. Hay buenos libros de los actos de micro resistencia de sus obrero en esas épocas.